La vida nos presenta una constante sucesión de desafíos, algunos pequeños, otros abrumadores. Ante ellos, nuestra reacción, nuestra actitud, puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso, la felicidad y la frustración. No se trata de negar la realidad o de ignorar los problemas, sino de cambiar la perspectiva con la que los enfrentamos. El poder de la actitud positiva es una herramienta invaluable para transformar nuestra vida, y cada vez más investigaciones científicas lo demuestran.